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Paulo Coelho narra en un libro sus experiencias sobre el Camino de Santiago

El escritor Paulo Coelho narra en primera persona sus experiencias como peregrino en el Camino de Santiago en libro publicado por la Editorial Espasa Calpe, acompañado por un DVD.
El libro de Espasa Calpe, titulado El Camino de Santiago, recoge la historia, el arte, la cultura, los paisajes, los pueblos y las costumbres de uno de los itinerarios culturales más importantes del mundo. Tiene una extensión de 360 páginas, con más de 540 ilustraciones.
Incluye todos los itinerarios de las distintas rutas que conducen a Santiago e información práctica para emprender el Camino: asociaciones de amigos, principales lugares de interés turístico y artístico, hoteles con encanto, albergues de peregrinos, etc y un índice de localidades.
El prólogo del libro recuerda que la catedral de Santiago de Compostela se convirtió en el principal santuario de la cristiandad medieval, en los lejanos confines del mítico finis terrae, una tierra en donde la confrontación directa con otra civilización, más
madura, desarrollada y agresiva ponía a prueba -mucho más que las cruzadas en Tierra Santa- la voluntad de defender la construcción de una personalidad histórica.
En torno al Camino de Santiago se forjó el principal signo de identificación que unía a peregrinos de todos los rincones de la fragmentada Europa como miembros de un espacio común, religioso y cultural. Los poderes de la época también se afianzaron con el auxilio de este sentimiento.
El Camino fue el instrumento fundamental que, a través de las nuevas órdenes monásticas, permitió la reforma interior de la Iglesia y la consolidación del papado como máxima autoridad de una cristiandad ya dividida por el Cisma de Oriente. Para los reinos cristianos de España, la figura del Apóstol fue un factor decisivo para su afianzamiento político y su lucha contra el poder musulmán.
Además, el Camino se convirtió en una vía esencial para el desarrollo urbano y el progreso económico y cultural. Alrededor de los monasterios, hospitales, ermitas y santuarios fueron proliferando numerosos núcleos urbanos que se convertirían en villas y ciudades.
Por el Camino transitaron emperadores y reyes, obispos, abades y frailes, nobles y pueblo llano, comerciantes y artesanos, escritores y artistas, y también gentes de mal vivir. Alrededor de las rutas a Santiago se expandieron el arte románico y el gótico como grandiosas formas culturales comunes a todos los pueblos de Occidente, que entraron en fecundo contacto. Las personas que fueron y volvieron, y al regresar ya no eran los mismos; tampoco los pueblos.
R.